Ofrecer una óptima transpiración y resistir el sudor forman parte de las características principales de la ropa deportiva. ¿Te has preguntado alguna vez cómo esta sustancia influye en las prendas que te pones para hacer ejercicio? En este artículo, entraremos en profundidad en este aspecto.
Todo lo que hay que saber sobre el sudor y la ropa deportiva
El sudor es una sustancia que genera el cuerpo para regular su temperatura. Dependiendo de la época del año, la genética o la actividad que hagas en ese momento, tu sudoración será menor o mayor. En términos generales, se considera que un adulto es capaz de producir medio litro de sudor por hora. Eso sí, en determinadas condiciones, esta cantidad puede llegar hasta los 3 o 4 litros. De ahí la importancia de mantenernos hidratados mientras hacemos ejercicio y, por supuesto, de contar con la ropa deportiva adecuada para nuestra actividad.
La relevancia de la transpirabilidad
Desde luego, uno de los principales factores que debes tener en cuenta a la hora de seleccionar tus prendas de deporte es su grado de transpirabilidad. Este término hace referencia a la capacidad que tiene el tejido para expulsar, hacia el exterior, la humedad que se genera en el interior por culpa de la transpiración. El objetivo es claro: mantenerte seco por más tiempo. ¿Y qué ocurre cuando tu ropa no te proporciona una buena transpirabilidad? En esta situación, suceden varias cosas:
- Corres el riesgo de sufrir un problema de sobrecalentamiento o hipertermia. Fatiga, mareos, calambres y náuseas pueden ser síntomas de que tu cuerpo está a una temperatura más elevada de lo normal y el sistema de termorregulación no es capaz de funcionar correctamente.
- Has de considerar la comodidad. Llevar a cabo tus rutinas de entrenamiento con la ropa empapada en sudor no es nada agradable. Además de hacerte pasar un mal rato, afectará a tu desempeño físico.
Como ves, disponer de prendas transpirables no solo se trata de una comodidad o ayuda, sino más bien de una necesidad real.
¿Cómo afecta el sudor a la ropa deportiva?
La sudoración y el ejercicio son dos cosas que siempre van unidas, pues la ropa que usas para entrenar está expuesta al sudor y al mal olor. Pero antes de hablar en profundidad sobre esto, conviene que conozcas un poco más sobre cómo funciona tu cuerpo.
En primer lugar, hay que diferenciar entre dos tipos de sudor:
- Ecrino. Se trata de una sustancia con textura acuosa y algo salada que se segrega de modo abundante por todo el cuerpo.
- Apocrino. Hace referencia al que se genera en las glándulas que se encuentran en las axilas y en la ingle. Posee una textura mucho más espesa y de carácter aceitoso, puesto que se compone de proteínas y lípidos.
En ambos casos, la sustancia generada es inodora. Sin embargo, el microbioma de la piel, es decir, el conjunto de bacterias, virus y hongos, entre otros, que habitan en la dermis, se alimentan de esos compuestos grasos del sudor apocrino, generando como resultado el mal olor en estas zonas del cuerpo.
Por lo tanto, cuando haces ejercicio, estos compuestos olorosos que surgen por la acción del microbioma con el sudor se adhieren a las fibras que forman la ropa deportiva. Además, el sudor ecrino actúa arrastrando los compuestos olorosos por todo el cuerpo y, por consiguiente, la ropa. Esa es la razón por la que todo huele tan mal después de entrenar.
Por eso, limpiar bien la ropa tras el ejercicio es fundamental. La dificultad para eliminar los malos olores dependerá de dos factores principalmente: de la fuerza con la que los compuestos olorosos se adhieran al tejido en cuestión y el modo en el que se lavan las prendas. Así pues, usar agua fría y detergentes específicos te ayudarán con la tarea. No obstante, recuerda que se trata de prendas bastante particulares, por lo que necesitan un mantenimiento determinado para que no pierdan sus cualidades.
Pequeña guía sobre tejidos
A toda esta información hay que añadir una nueva variable: los tejidos. Y es que el sudor y los compuestos olorosos interactúan de manera diferente dependiendo del material con el que esté hecha la prenda en cuestión.
El algodón es uno de los materiales más empleados en la indumentaria deportiva. Este tejido natural ofrece ventajas como la transpirabilidad y su delicadeza con la piel, ya que no produce irritaciones. Sin embargo, también es hidrófilo o, lo que es lo mismo, que absorbe el agua con facilidad, lo que no resulta conveniente. Al mojarse, la prenda aumentará su peso y creará un estupendo caldo de cultivo para la proliferación de las bacterias que causan el mal olor. Desde luego, una situación nada recomendable.
Las fibras sintéticas son también muy populares en este ámbito. Se diseñan en laboratorios, por lo que cuentan con propiedades tan interesantes como atrapar la humedad y extraerla. No obstante, debes ser consciente de que no todas las fibras sintéticas son iguales:
- El poliéster, por ejemplo, repele el agua, pero absorbe los compuestos oleosos. En consecuencia, no hará un buen trabajo con el sudor apocrino. Por si fuera poco, este material favorece el crecimiento de las bacterias causantes del mal olor. Así, es muy probable que te hayas dado cuenta de que tu ropa de poliéster huele especialmente mal tras el ejercicio.
- El polipropileno, en cambio, destaca por sus grandes propiedades térmicas, transpirables y antibacterianas. Al ser completamente hidrofóbico, permite evacuar el sudor con gran facilidad, lo que evita que tu temperatura corporal aumente demasiado cuando estés entrenando. También aísla de la temperatura exterior, un factor ideal si practicas ejercicio al aire libre, y minimiza los malos olores. Su eliminación bacteriana es casi del 100 % y, al ser una propiedad intrínseca al tejido, no se va con los lavados.
Para entrenar con total comodidad y confort, apuesta por ropa deportiva y materiales que ofrezcan una buena transpiración. De este modo, no solo te sentirás totalmente cómodo durante tus entrenamientos, sino que estarás protegiendo tu salud y bienestar.